-¡Diles por favor que me tengan en cuenta! lo único que quiero… es que alguien me tenga en cuenta… que logre ver mas allá de este frente controvertido y lleno de sangre seca… de rumores pasados.
Libertad no paraba de gritar al espejo, a su amiga – espejo, a Greta, que por favor, alguien la tuviera en cuenta.
Habían pasado dos años ya, desde aquel momento en que creyó que el cielo se le caía sobre los hombros, que el público de aquel teatro de mala muerte no podía sostener mas la risa ni contener las ganas de humillarla.
Y es que todo había sido un desastre desde el principio de la mañana hasta el final de la noche, desde que puso el primer pie en esa vieja pantufla roja que justo fue a dar una gran mancha de agua – que fue a dar a un gran golpe contra el suelo.
Luego lo de todos los días… salir a la calle… las gentes… el torbellino, la incomprensión- los hombres satélites-la muerte elegante- el consumo de la mecha.
Todo era tal cual como ese día, hoy dos años después…el mundo ahí, metido en la gran caverna de Platón esperando a ver una imagen, a rotar una imagen a establecer por fin algún vínculo, algo que se asemeje a un vínculo.
Libertad no paraba de gritar al espejo, a su amiga – espejo, a Greta, que por favor, alguien la tuviera en cuenta.
Y otra vez la visión exotérica después de las pantuflas, esa mancha de agua, el golpe… luego vino la ida al teatro, el ensayo de la obra… la confianza desperdiciada.
Greta estaba esplendida ese día y tenía tantas ganas de hacer emocionar al público con ese retazo de obra de Shakespeare, con esa noche de Epifania… Libertad por otra parte no paraba de pensar en esa mala señal la mancha de agua el golpe… mal comienzo para un día de presión.
Hoy en la oficina 2 años después libertad sigue gritando al espejo- espejo- que fue lo que paso ese día… por que a veces una oportunidad es única y otras veces no… lo llamaron nervios escénicos…la creyeron mentalmente desequilibrada… absorción emoción…
-Greta, tienes que entender, que todo esta siendo muy difícil… los días pasan sin sentido… todo es lo que pudo haber sido y lo que no fue… todo por un estúpido error, un maldito renglón torcido, un nervio desengranando otro nervio… una bitácora de mi que no supe entender…
-Lo se… pero no podes seguir viviendo el rencor de lo frustrante… el teatro fue un comienzo… mal comienzo si… pero no el fin… solo un mal comienzo…venga…animate…
-¿Alguna vez creíste que es necesario fingir un personaje, envolverte de alguien permanente mente, para lograr el éxito?
Greta se tomo unos minutos para pensar, la pregunta que Libertad había formulado sin querer se había transformado en una pregunta espejo de su realidad- un marido- una hija con la que no hablaba- una carrera de éxito. Celos – rencor por el tiempo perdido- una mala esposa- madre ausente…
-Creo que todos fingimos vivir y para sobrevivir y ocultarlo… el secreto es mas de una vez nuestra mejor arma.
-cuando decís “nuestra” te referís a las mujeres?
-No. Me refiero a la humanidad. Somos una especie sin armas verdaderas, mas que nuestra propia capacidad de generar secretos- guardar secretos- comerciar secretos- suspiro itinerante-
La verdad era que esa noche todo había salido mal, Libertad parada frente a un auditorio de mala muerte observaba atónita la cara de los espectadores chatarra que no entendía que le ocurría, ella en un ataque de pánico había perdido la noción del guión.
El dialogo había tomado otra forma, se había escurrido en un tartamudeo insoportable, las manos que temblaban como palomitas de maíz la delataron. Luego vino un tropezón y un vestido roto.
Las risas.
Los insultos.
El fracaso.
Y es que algo tan sencillo como un simple error cambia a veces la vida de una persona. Libertad creyó que podría salir adelante, realmente creyó que lo olvidaría que solo había sido un estúpido error… pero era lo que todo el mundo esperaba de ella… ese estúpido error.
Nadie había nunca creído en su virtud en su don, en su magia. Mas de una vez se había estrellado los puños en silencio contra las paredes de un lavabo de mala muerte… mas de una vez había sospechado la muerte de una idea- de un escalofrío-
Y hoy 2 años después, enfrentada a una audición perdida, en otro teatro de mala muerte, en otro Shakespeare, enfriando un café negro expreso y sin azúcar… ha vuelto a repetir:
-¡Diles por favor que me tengan en cuenta! lo único que quiero… es que alguien me tenga en cuenta… que logre ver mas allá de este frente controvertido y lleno de sangre seca… de rumores pasados.
Libertad no paraba de gritar al espejo, a su amiga – espejo, a Greta, que por favor, alguien la tuviera en cuenta.
Involucrarse trae consigo un apagón de noticias y sucesos que no siempre se me da muy bien controlar. Por otro lado… Lo que nos duele es lo único que aun nos mantiene dentro de ese lado de vulnerabilidad humana, dentro de la vida. Quizás sea lo único realmente tangente en este siglo bruscamente abreviado.
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